Lo primero, os voy a presentar al pequeñín que hace que últimamente haga bastantes recetas con espinacas y con zanahorias, se llama Groucho y muchos de vosotros ya le conocéis:
Groucho es un conejo Belier precioso y súper simpático que tenemos en casa como mascota, y como buen conejo le encanta la verdura, sobre todo las espinacas y las zanahorias (sobre todo si tienen hojas, que le encantan), lo que hace que en casa casi siempre haya estos dos alimentos y tenga que usarlos antes de que se estropeen, porque el pequeñín si no no da a basto para comer tanta zanahoria y espinaca, ya que en los supermercados lo venden en packs bastante grandes. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, como suele decirse, y de esta forma comemos más verduras que de antes, y estoy descubriendo los múltiples usos de las espinacas (quiches, pizzas, muffins salados...) y de la zanahoria (ensaladilla, bizcochos, salsas...).
Pues bien, ayer revisando la nevera a ver qué tenia ví una gran bolsa de espinacas y pensé: ¿y si hago una pizza con ellas?. Pues bien, aquí está el resultado: una pizza deliciosa, jugos y con un sabor súper suave, que para nada sabe a espinacas y que voló literalmente según la puse en la mesa. Así que os animo a probarla.
Vamos con la receta:
Ingredientes:
- Base de pizza casera (la receta la tenéis aquí. Con la receta salen dos pizzas, así que si sólo queréis hacer una, usad la mitad de los ingredientes)
- 115 gr. de tomate frito
- 100 gr. de mozzarella rallada para pizzas
- 70 gr. de espinacas
- 70 gr. de rulito de cabra (o 7 rodajas)
- 60 gr. de queso cammembert.
- Medio tomate natural (en mi caso fue medio porque era un tomate de huerta bien hermoso, si es pequeño, usad uno entero)
- Sal
- Orégano al gusto
Preparación.
- Lo primero, elaboramos la masa según las instrucciones y estiramos bien (yo la hago muy finita, pero eso ya depende de si os gusta la masa fina o un poco más gruesa y esponjosa). La colocamos sobre una base de silicona apta para horno (si no tenéis, podéis utilizar papel de horno o papel de aluminio).
- Rehogamos las espinacas unos 5 minutos en una sartén a fuego medio con un pizca de sal (no os asustéis al echarlas si os parecen muchas, ya veréis como se reducen a menos de la mitad).
- Estiramos bien el tomate por toda la base y espolvoreamos con mozzarella.
- Repartimos las espinacas por toda la superficie de la pizza.
- Cortamos el queso de cabra y lo colocamos bien repartido.
- Cortamos el cammembert en bastones y lo colocamos simulando las agujas del reloj para que quede bien repartido (mi cammembert estaba un poco curado, como podéis comprobar, pero normalmente, según lo compráis, es más blandito)
- Lavamos el tomate y lo cortamos en rodajitas finas y, al igual que los otros ingredientes, lo colocamos bien repartido. El tomate le agregamos al final porque suelta agua y esto hará que al estar arriba del todo, nuestra pizza quede súper jugosa.
- Espolvoreamos con orégano al gusto y llevamos al horno precalentado a 180º
- ¿Listos para chuparse los dedos?
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