Muy buenas a todos!
Hoy es día de "Reto Tus Recetas", y para abriros el apetito ya prontito por la mañana, is propongo una receta dulce, ideal para ese café o ese colacao que os tomáis por la mañana, unos Bollos de Mantequilla que están "de toma pan y moja", y nunca mejor dicho.
Son unos bollos sencillos, pero con un sabor suave y estupendo, cuyo origen se remonta al S. XIX, en un pequeño pueblo de Suiza llamado Poschiavo. Hace 200 años, los habitantes de esta población, vivían únicamente de la leche de cabra, y como no era un gran negocio, muchos de ellos emigraron, y se establecieron como chocolateros, hosteleros... en ciudades como Palermo, París o San Petersburgo. Fue en todo este movimiento migratorio cuando llegaron a Bilbao (de donde son típicos estos bollos) dos primos, Bernardo Pedro Franconi y Francesco Matossi, a pie desde Poschiavo y con una cabra como único equipaje. Abrieron una pastelería en la calle del Correo, y poco después la conectaron con un café que se encontraba detrás, con gran éxito. Este éxito dio lugar a una franquicia con más de 50 establecimientos en ciudades como Santander, Pamplona, Madrid o Burgos, con empleados originarios de la población de Poschiavo. Se especializaron en café, pastelería fina, helados y licores. Así empezaron a hacer bollos de leche rellenos de mantequilla, más tarde conocidos como "Bollos Suizos".
La receta la he obtenido de mi última adquisición de biblioteca culinaria: "Postres y otras dulcerías", de Pamela Rodríguez, del blog "Uno de Dos", un libro y un blog 100% más que recomendable! Yo he utilizado la mitad de la receta, ya que si no se nos ponen tiesillos los bollos en casa, ya que sólo los utilizamos para desayunar, que hay que cuidarse un poco, aunque con estas exquitieces....¡cuesta mucho resistirse!
Ingredientes (para 7 bollos):
- Para la masa:
- 65 gr. de leche
- 30 gr. de azúcar
- 1 huevo M
- Una pizca de sal
- 6 gr. de levadura fresca
- 190 gr. de harina de fuerza
- 30 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 huevo para pincelar
- Para el relleno:
- 38 gr. de azúcar
- 15 gr. de agua
- 1 huevo M
- 75 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
Elaboración:
- En primer lugar, batimos el huevo hasta que se vuelva de un color blanquecino y espume.
- Mezclamos con la leche, el azúcar y la sal. Desmenuzamos la levadura y mezclamos.
- Vamos añadiendo la harina tamizada poco a poco, mientras amasamos con ayuda del robot o con una cuchara de madera.
- Cuando la tengamos casi trabajada, agregamos la mantequilla en trozos y seguimos amasando hasta obtener una masa fina y brillante.
- Colocamos en un bol engrasado con mantequilla y tapado con un trapo de cocina y dejamos doblar el volumen en un lugar cálido y sin corrientes (en mi caso, utilizo el horno apagado). Tardó una hora y media, pero eso depende de la humedad y de la temperatura ambiente que haya.
- Volcamos la masa sobre la encimera enharinada, amasamos ligeramente para quitarle el gas y formamos bolas de unos 50 gr. que serán nuestros bollos. Los colocamos sobre la bandeja del horno cubierta con papel de hornear.
- Pincelamos con el huevo batido y dejamos reposar en un lugar cálido y sin corrientes durante aproximadamente una hora, hasta que doble su volumen. Podemos darle otra pincelada de huevo a mitad del levado, con mucho cuidado para que no se nos bajen los bollos.
- Horneamos con el horno precalentado a 180º con calor arriba y abajo durante 10 minutos.
- Mientras, preparamos la crema de mantequilla. En primer lugar, colocamos en un cazo pequeño el agua y el azúcar, y cuando llegue a ebullición, dejamos un par de minutos para que se forme un almíbar.
- Mientras, batimos el huevo aparte hasta que blanquee y espume.
- Dejamos templar el almbíbar y sin dejar de batir, lo vamos añadiendo poco a poco al huevo. Dejamos enfriar a temperatura ambiente. Cuando esté frío, añadimos la mantequilla en trozos y batimos. Yo me he ayudado en este caso de la batidora de varillas para facilitar el trabajo, pero si no tenéis, podéis hacerlo a mano, hasta que obtengáis una crema fina, suave y untuosa.
- Abrimos los bollos que habremos puesto a enfriar sobre una rejilla, al medio con un cuchillo de sierra, y untamos con una capa de crema de mantequilla.
- ¡Listos para disfrutar estos maravillosos bollos de mantequilla!